Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

lunes, 7 de abril de 2014

SIEMPRE ESTÁS ABIERTO A PERDONARME SEÑOR



Me perdonas, Señor, sin condición, pero me invitas a cambiar de vida, a no permanecer en el pecado porque eso separa y destruye al hombre. Tu perdón va cargado de amor, un amor que construye y que invita al cambio, a renacer a la nueva vida, a la vida compartida, ofrecida y entregada por amor.

Un perdón que necesita llenarse de amor, y un amor que esconde el gozo y la felicidad que andábamos buscando en otros lugares, en otras cosas y lejos de la verdad. Descubrimos que cuando amamos y, por consiguiente perdonamos, despertamos el gozo, la felicidad y la paz que vive en nuestro corazón. Por el contrario, cuando mantenemos una postura egoísta e individualista, nos separamos y sembramos enemistad, rencor, odio y muerte entre los hombres.

Danos Señor la humildad y la sabiduría de sabernos ver interiormente y, ofrecidos al perdón, descubrir que en la medida de también nosotros perdonar, seremos perdonados. Y llénanos de tu fuerza para que, perdonados, sepamos adoptar actitudes en la verdad alejadas de la mentira y el pecado.

Señor, enséñame a perdonar en la misma medida que Tú me perdonas a mí. Porque sólo seré perdonado en la medida que perdone.

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