Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

miércoles, 9 de abril de 2014

TIENES RAZÓN SEÑOR, ME EXPERIMENTO ESCLAVO



Soy un pecador, está a la vista y no lo puedo negar. Y por eso necesito misericordia, la Misericordia que sólo puede dar el Señor, pues ha sido enviado por el Padre para darla a los pecadores. Está claro que sólo la pueden recibir aquellos que se confiesan y son pecadores, pues los que se confiesan que no lo son, ni la necesitan ni la pueden recibir.

Y cuando busco y persigo esa Misericordia que sólo Tú puedes dar Señor, me experimento esclavo. Esclavo porque el pecado me somete. Me siento impotente y no puedo escapar a mi soberbia. Me domina y me saca de quicio y quebranto tu Amor Señor. La pereza, la evasión a todo lo que me causa molestias y preocupaciones me pone muy difícil seguir el ritmo de tu propuesta amorosa, y me doy cuenta que no soy dueño de mí mismo. No puedo aunque quiero seguirte como a mí me gustaría.

Necesito despojarme de ese lastre encadenado que me somete y me apabulla. Necesito romper las cadenas de esa esclavitud que pesa sobre mis espaldas. Necesito fuerzas para poder llevar esa cruz de mis apegos y mis miserias que el pecado echa sobre mis espaldas.

 Te necesito a Ti, Dios mío, para que por los méritos de tu Hijo Jesús, reciba la fuerza y el poder de soportar, con y por amor, el camino que me lleva hacia la Casa amorosa del Padre.

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