Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

jueves, 11 de diciembre de 2014

ME SIENTO EN LA OSCURIDAD Y NECESITO TU LUZ, SEÑOR



Cuanto más me propongo seguirte, Señor, más se nubla mi vista y se pierde mi razón. Experimento que nada puedo sin Ti, y menos ser precursor como Juan. No sólo me falta el valor, sino que también las ideas y la voluntad. Quizás el miedo o los apegos y apetencias. Me descubro esclavo de mis sentimientos, pasiones y apegos.

Pero, por mucho que así me sienta, no me resigno a dejar someterme. Sé que intentarlo sólo es inútil, pero contando contigo, Señor, puedo vencerme y vencer. Porque para Ti no hay nada imposible. Ya se lo dijo el Ángel Gabriel a María cuando le avanzó que Isabel, la madre de Juan, estaba ya de seis meses. Tú, Señor lo puedes todo.

Y puedes transformar mi corazón y crearme uno nuevo, hacerme un hombre nuevo capaz de, como Juan, ser precursor de tu Buena Noticia de salvación. Sólo necesitas mi voluntad y mis pecados para hacer la masa con tu Gracia y dejarme limpio y puro. Con esa esperanza, con esa confianza sigo tus pasos, Señor, y me abandono en tus Manos.

Necesito, como el agua para calmar mi sed, tu Gracia para encender mi corazón y alumbrar el camino que me lleva a tu encuentro, a anunciarte y proclamar que Tú eres el Hijo de Dios. Amén.

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