Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

domingo, 8 de noviembre de 2015

¡CUÁNTO ME CUESTA DARME!



Es verdad que dar no cuesta mucho. Sobre todo cuando se tiene. Hay mucha gente que reparte y comparte muchas cosas, y les dan el calificativo de buenas personas. Y no digo que realmente lo sean. Creo que sí, que lo son. Pero, también creo que lo que nos pide Jesús no es simplemente dar y compartir, sino darnos totalmente nosotros.

La conversión es un vuelco total del corazón. Es dejarlo todo, como el ciego Bartimeo, y de un brinco, soltar el manto, y correr tras Jesús. Y, al menos a mi pobre juicio, no creo que, por lo menos yo, esté en esa actitud o intención. Otra cosa es que lo desee, pero me experimento prisionero y esclavo de mis mismas pasiones, ambiciones y humanidad pecadora. No me hace falta descubrirme pecador, porque en esas cosas lo experimento.

Me cuesta dar, y aunque comparto y doy, no sé exactamente en qué medida lo hago. ¿Estaré en ese nivel de aquella pobre viuda? ¿Estará Jesús mirándome con esos ojos como a la pobre viuda? Pero si descubro la necesidad de orar, de pedirle que convierta mi corazón, que lo despegue de todas esas pasiones humanas que lo aprisionan, y que lo haga más generoso y misericordioso.

Y eso, creo, que es, no bastante, pero si importante para continuar el camino. No somos lo suficientemente pobres para quedarnos tranquilos y satisfechos. Ni creo que lo conseguiremos, pero nos llena de esperanza la buena intención de estar intentándolo, y de sabernos perdonados, en su Misericordia Infinita, por el Señor. Supongo que, llegados a la Casa del Padre, seremos totalmente libres para dejar escapar toda la caridad que ahora anhelamos y que no podemos.

Gracias Señor por darnos esperanza y luz para, en lugar de declinar y abandonar, ilusionarnos en seguir, erre que erre, tratando de asemejarnos a Ti. Conviértenos Señor.

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