Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

jueves, 7 de julio de 2016

¡DIOS MÍO, SI NO PROCLAMO TU PALABRA!



No es para menos asustarse si no proclamo la Palabra de Dios. No se trata de miedo, sino de santo temor, que nos ayuda a tenerle presente y esforzarnos en vivir en su Palabra. El santo temor es uno de los siete dones del Espíritu Santo, y nos ayuda a ser responsable y a experimentarnos temerosos de nosotros mismos por no esforzarnos en vivir en la Voluntad de Dios.

No confundamos el temor o miedo porque nos castigan y están al acecho por si cumplimos o no, con el santo temor de sentirnos avergonzados, contritos y temerosos por haber faltado y pecado contra el Señor, y por perdernos el gozo y la alegría de estar en su presencia plenamente y eternamente. Es el miedo a no cumplir con nuestra responsabilidad de hijos y de perdernos el gozo del amor del Padre.

Lo mismos nos ocurre en otros órdenes de la vida donde no cumplir con nuestra responsabilidad nos llena de vergüenza y miedo. Por eso, vivir una piedad litúrgica dentro de la Iglesia si más, no es el camino para mostrar y proclamar la Palabra del Señor. Necesitamos ensanchar nuestro horizonte y proclamar la Palabra de Dios a los que se acercan o están lejos, y, también, a todos los ambientes a los que podamos llegar por los caminos que nos lleva la familia y el río de nuestra vida.

Pero, la cuestión no es de proclamar, como si de una clase o lección se tratara, la cuestión es llevar al Señor en nuestro corazón, con el ejemplo de nuestra vida y respaldado con nuestra palabra si hace falta. Porque en la mayoría de las veces, la vida se encarga de descubrir el Amor Misericordioso del Señor y, sobran las palabras. Pero, no por eso podemos de proclamar la Palabra, pero una Palabra que se hace vida en nuestras palabras y deja testimonio de nuestro esfuerzo por vivirla.

Pidamos esa Gracia, que seamos palabra y vida injertados en la Verdadera Palabra y Vida que es el Señor, para que, auxiliados por el Espíritu Santo, tengamos la fuerza y la voluntad de dar verdadero testimonio. Amén.

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