Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

jueves, 23 de abril de 2015

HOY, SEÑOR, QUIERO PEDIRTE QUE ME AUMENTES LA FE



Señor, claro que creo en Ti; si no fuera así no estaría escribiendo desde este rincón sobre Ti; si no fuera así, no te pediría que aumentes mi fe; si no fuera así no me esforzaría en hablar contigo cada día y tomar tu Cuerpo en la Eucaristía. Sí, Señor, yo sé que Tú eres el Pan de Vida Eterna a la que aspiro vivir en tu presencia.

Y te lo digo con mis humildes obras cuando voy a dar la catequesis cada lunes en la cárcel. He compartido con ellos que si no fuera porque creo en Ti, no estaría allí con ellos. Te lo intento demostrar también cuando comparto humildes reflexiones con los padres y padrinos que se acercan y piden a tu Iglesia el Bautismo de sus hijos. Pero, aunque son pequeñas pruebas de mi fe, quiero Señor pedirte que la aumentes y me llenes de ella.

Que se haga tu Voluntad Señor, porque eso será siempre lo mejor. Sé que tengo que cargar con mi cruz, y tengo miedo de mí. Me sostiene y me da fuerza y esperanza el saber de tu Amor y de que Tú caminas conmigo. Eres un Dios que te implicas en mi vida, porque sabes de mis debilidades e impotencias. Sin Ti nunca podré vencer al Maligno que me acecha, pero contigo estaré a salvo de sus garras.

Me da paz, serenidad y seguridad el caminar a tu lado y el saber que Tú, no solo me enseñas el camino, sino que lo vas viviendo y recorriendo conmigo. Realmente, eres un Dios Vivo, un Dios que, en tu Hijo Jesús Hecho Hombre, has Resucitado, y permaneces en el Espíritu Santo en mí y en el camino. ¿Cómo voy a temer? ¿A quién voy a temer si Tú, Señor, vas conmigo?

Dame Señor la sabiduría, la paz y la fortaleza de tu presencia para vencer todos los obstáculos que me salen al paso en mi camino hacia Ti. Amén.

miércoles, 22 de abril de 2015

GRACIAS, SEÑOR, PORQUE ERES UN DIOS QUE ME ACOMPAÑAS



Gracias Señor porque me alumbras el Camino que Tú mismo me marcas y me diriges. Hoy me has revelado algo que me hacía mucha falta saber y tener claro. Porque hay tropiezos en el camino que no son fáciles de superar. 

Tú eres un Dios diferente a los demás. Porque cuando los demás enseñan una doctrina para que la cumplan y desaparecen. Tú te implicas en lo que nos has enseñando viviéndolo Tú primero y luego dándote a cada uno de nosotros. Y, todavía más, nos dice que sin Ti no podemos conseguirlo (Jn 15).

Gracias Señor porque eres un Dios que nos demuestra que nos quieres y que nos buscas. Los demás tendrán que buscar a sus dioses, pero Tú te revelas y te presentas al hombre, criatura tuya, por el que demuestra una locura de amor hasta el extremo de entregar a tu Hijo a una muerte de Cruz para ganarnos para Ti. Dios mío, ¡no hay Dios como Tú!

Eres un Dios Padre, Infinitamente Misericordioso que nos perdona entregándote a tu Hijo a la muerte. Gracias Dios mío porque, sin entenderte, experimento tu amor y tu perdón. Y te pido que nos des la sabiduría y la fe necesaria para conocerte mejor y poderte adorar y alabar con todo nuestro corazón y toda nuestra mente. 

Gracias Señor por saberme acompañado, protegido, vigilado, defendido y fortalecido en tu compañía. Gracias por, con tu Gracia y Poder, vencer a los miedos que amenazan con atarme y alejarme de tu confianza. Gracias Señor porque eres un Dios que sales a mi encuentro y me acompañas hasta salvarme.

Dios mío, no permitas que me alejes de Ti por nada de lo que este mundo caduco y mentiroso me pueda ofrecer. Dame la fortaleza y voluntad de perseverar siempre en tu Palabra y junto a Ti fortalecido en la Eucaristía. Amén.

martes, 21 de abril de 2015

ALIMENTARNOS DEL PAN DE TU CUERPO Y TU SANGRE



No es fácil seguir tus pasos, ni alimentarnos de tu Cuerpo y Sangre. Cuesta perseverar y, sobre todo, mantener esa actitud a pesar de las dudas, la sensación de perder el tiempo, o la experiencia de no parecer cambiar, ni mejorar o sentirte. Cuesta bastante.

Y creo que a los discípulos les pasó lo mismo. Incluso a pesar de presenciar signos y señales extraordinarias que Tú, Señor, les hiciste para avivar su fe y su inquietud. Cuánta gente pudo presenciar directamente tus signos y no se abrieron a tu Palabra. Hubo muchos que sí, pero sabemos que otros muchos no, al menos aparentan, no haber respondido.

Y hoy sigue ocurriendo lo mismo. Mucha indiferencia y rechazos a tu Palabra. Consideran una pérdida gastar tiempo en escucharla o prestarle atención. Na dan crédito a tus señales, o le dan interpretaciones que fabrican ellos mismos. Creo que de aparecer nuevas señales todo sería igual. Solo les interesa para que les cure o les saque de alguna situación difícil, pero nada más. Para lo demás se bastan ellos solos.

Están ciegos y se dejan guiar por ciegos. Sus pasos no tienen sentido y su camino es un camino de perdición. En este contexto, Señor, te pedimos que los que queremos creer en Ti seamos más digno, auténticos y coherentes con nuestra vidas y tu Palabra para contagiar a los demás. Danos, Señor, tu Pan, Cuerpo y Sangre bajado del Cielo, que nos alimenta y nos sostiene en tu Palabra y en la fe de reconocerte como verdadero Hijo de Dios enviado para salvarnos.

Concédenos, Señor, la Gracia de no desfallecer y de recibir cada día tu Cuerpo y tu Sangre como alimento que nos salva y nos da la Vida Eterna. Amén.