Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

jueves, 30 de julio de 2015

MATENER LA CONSTANCIA, TAREA ARDUA



Es fácil llegar, o dicho de otra manera, quedar impresionado por la Palabra de Jesús. De hecho nos sucede a muchos cuando, serena y tranquilamente la hemos oído, quedamos entusiasmados y rebosamos alegría y ganas de ser santos. Y lo digo desde la experiencia de ver a muchos hombres y mujeres exultantes de alegría y entusiasmo después de vivir la experiencia de un cursillo de cristiandad.

Pero lo importante es perseverar en ese entusiasmo y alegría primera. Se trata de mantener esa alegría del primer día cada día. Y eso es lo que realmente cuesta. Estar en la red estamos, pero ser de los peces elegidos es ya cosa más difícil y ardua. Se necesita constancia y perseverancia. 

Y eso no depende solo de nosotros. Sí, es verdad que el Señor cuenta con nosotros. Para eso nos ha hecho libres, pero sin su Gracia no podemos sostenernos. Por eso, pensar que todo corre por nuestra cuenta, o pretender hacerlo siguiendo nuestras propias indicaciones, terminará en fatal desenlace. Es posible que nos resulte cansino, vergonzoso y hasta ridículo. Todo se repite una y otra vez y experimentas la sensación de estar jugando con el Señor, o no tener palabra ni compromiso.

Entonces piensas en retirarte. Al menos eres más sincero y coherente. Eso piensas. Son momento en los que el diablo te tiene atrapado y casi vencido. Recuerda que eres pecador, y que Jesús eso ya lo sabía. Sabía a quién proponía la salvación y por quien se había comprometido a entregar y pagar con su Vida. Tu película estaba presente en su corazón, y se arriesgaba a que pensarás lo que estás pensando. 

No te asuste ni desesperes. Ni tampoco avergüences. Jesús te quiere igual. Sólo te pide que creas en Él y te mantengas fiel a Él. Ten confianza y paciencia, y sed humilde. Acéptate pecador y avergonzado. La realidad es esa. Es a esos a los que Él ha venido a salvar. No te preocupes y vuelve cuando quieras y lo necesite. Y procura ser mejor. Siempre tendrá los brazos abierto para recibirte y perdonarte.

miércoles, 29 de julio de 2015

¿CUÁL ES LA MEDIDA DE MI FE?



Supongo que tú, como yo, piensas que tienes fe, pero, ¿realmente ha sido probada? Hemos pensado qué pasaría de encontrarnos en una situación como la de Asia Bibi, porque situaciones así darían la real y verdadera medida de nuestra fe.

Sin embargo no hace falta llegar a tal extremo para darnos cuenta de la altura de nuestra fe. Hay muchas situaciones en nuestra vida que nos arrastran a la desconfianza, a las dudas, al alejamiento y hasta al rechazo. Pero no hace falta llegar a tal extremo. Quizás un simple contra tiempo, una enfermedad o problemas con la familia nos cuestionan nuestra fe. Porque realmente la fe se prueba en la adversidad, sobre todo cuando somos débiles y aparentemente estamos vencidos.

Perseverar en esos momentos nos dará la fortaleza de probar nuestra fe. Y, estoy convencido, que esas situaciones solo se resisten y soportan cuando estamos en el Señor. Desde este pensamiento y actitud llego a envidiar a Asia Bibi, y a muchos otros que han dado su vida por Jesús. No es que esté diciendo que tenga fuerzas para soportar tales pruebas, sino que confío que el Señor, en el Espíritu Santo me las dé cuando llegue el momento. Y eso se lo pido con todas mis fuerzas.

Danos Señor la fortaleza, la sabiduría y la paz para soportar con paciencia todas las pruebas que nuestra fe demande en aras de hacer tu Voluntad y resistir las tentaciones y adversidades de este mundo. 

martes, 28 de julio de 2015

RECOGERÉ LO QUE HAYA SEMBRADO



La razón y el sentido común me dice que recogeré lo que haya sembrado. Todos sabemos que sólo tendrás derecho a recoger lo que, con tu trabajo y esfuerzo, hayas sembrado. Todo lo que venga por otro lado será considerado suerte, casualidad o lotería.

Sin embargo, podemos hacer cambiar la situación si nos acogemos a lo que nos dice el Señor: "Pidan y se les dará". Pues bien, podemos aprovechar este rincón de oración para, unidos, elevar nuestra suplica y pedir para que aprendamos a sembrar bien. Para que con nuestro trabajo sembremos semillas buenas que nos den, valga la redundancia,  buenos frutos.

Enséñanos, Señor, a bien sembrar; enséñanos a apartar la semilla mala de la buena y a quemar la cizaña para que no nos estropee la buena semilla. Protégenos, Señor, del mal sembrador, el diablo, para que no siembre nuestros campos de cizaña y nos estropee la cosecha. Danos sabiduría, voluntad y fortaleza para mantener limpios de cizaña nuestra tierra y podamos dar buenos frutos para tu Gloria.

Danos la capacidad de entregar todo nuestro esfuerzo, al cien por cien, para que a la hora de tu venida, Señor, tengamos las manos llenas de buena semilla y todos nuestros frutos sean de tu agrado. Danos la Gracia de estar entre tus elegidos por nuestro bien hacer en la asistencia y auxilio del Espíritu Santo, para que podamos gozar en tu presencia de la plena felicidad eterna.

Señor, en ti confiamos y esperamos, poniendo todo nuestro esfuerzo de cada día, a que el día de tu venida nos encuentre trabajando por mantener limpia y bien cuidada la tierra que, por tu Misericordia, nos ha sido entregada por tu amor. Amén.