Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

domingo, 25 de septiembre de 2016

AYÚDAME, SEÑOR, A DESCUBRIR MIS RIQUEZAS



Igual, al hablar de riquezas, todo se centra en el dinero. Ser rico es tener mucho dinero. Y aunque eso signifique que se es rico, no es la mejor de las riquezas. Al menos la única, porque hay muchas más riquezas, y más peligrosas que el dinero. 

Hay mucha gente que dispone de tiempo, pero lo emplea para el disfrute personal y pasarlo bien. ¿No es eso lo que hacía el rico epulón? Aunque él lo empleaba para banquetearse, otros lo emplean para jugar, pasear, leer o ver películas. Sólo piensa en darse buena vida sin importarle que ocurre a su derredor. Ese fue el pecado del rico epulón.

El próximo miércoles hay programada una reunión en mi parroquia para todos aquellos que den catequesis. Pues, ojala me equivoque, irán los mismos de siempre. ¿Dónde están los que siguen a Jesús y disponen de tiempo para colaborar con la catequesis? Hacen falta obreros. Y igual que la catequesis, es sólo un ejemplo, digo de otros ministerios o pastorales. Hace falta gente, y gente comprometida y enamorada del Señor y de su Mensaje. 

Porque, tampoco todo consiste en dar, sino la forma en que se da. Con entusiasmo, con testimonio y viviéndolo y con amor. Es este un buen momento para pedírselo al Señor y dar un paso al frente y abrir nuestro corazón. Ponerlo a sus pies para que disponga de él y lo convierta en un corazón disponible, solidario, generoso y amoroso.

Danos, Señor, el don de dar todo lo que hemos recibido de tu Mano generosa. Darlo y compartirlo con aquellos que no tienen y lo necesitan. Pero, también, Señor, enséñanos a compartir, a dar todo lo que podemos y debemos dar, porque en eso consiste el amor y por él estamos salvados, pues Tú, Señor, nos ama incondicionalmente sin merecerlo. Amén.

sábado, 24 de septiembre de 2016

DAME FORTALEZA, SEÑOR, PARA ACEPTAR MI CRUZ



Todos tenemos una cruz. Una cruz que se compone de pequeñas cruces, pero al final, una cruz. La cruz de nuestra vida. Y pasa por delante de nosotros a cada instante. Unas veces puede ser el esfuerzo de una sonrisa; otras veces puede ser la escucha atenta; en algún momento consistirá en compartir la alegría, y en otros, llorar, acompañar, sufrir y aceptar nuestros errores y fracasos. Fracasos de mi vida y de los que caminan a mi lado.

La cruz, nuestra cruz, va con nosotros a todas partes. Muchas veces es ligera y suave, pero otras se hace yerta, dura y pesada. Pero todas valen su peso en ora, porque en todas te estás dando, ofreciendo y compartiendo. Partiéndote en pedazos de pan para alimentar a otros.

Pidamos al Señor que seamos capaces, injertados en el Espíritu Santo, de ser pan partido, pan humilde y pequeño, sencillo y pobre, que, amasado e injertado en la masa, pueda alimentar y alumbrar el Alimento recibido del Señor. Porque esa es nuestra misión, comer el Pan para convertirnos en pan.

Recibir el Pan, partido para nosotros, para también nosotros compartirlo con los demás. Esa es la misión y también, al mismo tiempo, la cruz. La cruz de no ser entendido, correspondido, escuchado y agradecido. La cruz de los que devuelven mal por bien. La cruz de cargar la pesada carga de las incomprensiones y el desprecio hasta llegar a nuestro particular Golgota. 

Danos, Señor, esa sabiduría de mantenernos paciente, esperanzados y misericordiosos a pesar de no entender nada y de experimentarnos cansados, desorientados y hasta perdidos. Danos el don de la fidelidad y de sostenernos firmen en la fe y en la confianza. Amén.

viernes, 23 de septiembre de 2016

LA FE ACTIVA TU VIDA

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS




No cabe duda que cuando te ocurre algo que te toca de lleno, saltas y te activas de forma inmediata y con deseos, ganas e inquietudes. Experimentas que algo te impulsa y, dentro de tu corazón, se para el tiempo y la inactividad. Te sientes dispuesto, ligero, activo y disponible a hacer lo que haga falta.

Eso ocurre cuando la fe está sensible y encendida dentro de ti. No reparas en sacrificarte y moverte por obedecer a tus impulsos de respuesta. Supongo que Pedro, movido por el Espíritu Santo, confesó que Jesús era el Cristo de Dios, el Hijo de Dios Vivo. Y nosotros también, movidos y abandonados al Espíritu Santo confesamos nuestra fe en el Señor. Porque, por nosotros mismos no tendríamos capacidad para hacerlo.

Por eso, desde este rincón de oración, te pedimos, Señor, que nos des la sabiduría, la luz y fortaleza necesarias para confesarte nuestra fe. Y ello, exige primero acercarnos, vivirla en cumplimientos y obras y conocerla. Porque la fe se ve en las actitudes y acciones que nuestra vida revela y que deja, de forma muy transparente, la medida de nuestra fe.

Los apóstoles lo dejaron todo y pagaron esa fe con sus vidas. Su fe estaba al descubierto y era proclamada en cada instante de sus vidas con sus obras y testimonios. Jesús anuncia su Pasión y prepara al grupo de apóstoles lo que le va a suceder, que están en otra dimensión, y que no entienden muy bien lo que ocurre. Eso deja claro la asistencia del Espíritu Santo para con los discípulos.

Y también para nosotros, porque Jesús en su Ascensión nos lo prometió (Jn 16, 7) y está con nosotros para asistirnos en fortalecernos, darnos la sabiduría, consejo, ciencia, piedad y temor de Dios. Y en El podemos encontrar la fidelidad y la inteligencia para dar testimonio y confesarle. Amén.