Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

domingo, 15 de enero de 2017

EL CORDERO DE DIOS QUE QUITA EL PECADO DEL MUNDO

Tenemos necesidad de limpiarnos, de lavar nuestras culpas y pecados, y no lo podemos hacer por nosotros mismos, ni tampoco por nadie de este mundo. Sólo el Mesías, el enviado es capaz de quitarnos el pecado del mundo. Y ese es Jesús, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.

Hacemos un poco de historia: cuando Juan dijo «he ahí el Cordero de Dios», todos entendieron qué quería decir, ya que el “cordero” es una metáfora de carácter mesiánico que habían usado los profetas, principalmente Isaías, y que era bien conocida por todos los buenos israelitas.
Por otro lado, el cordero es el animalito que los israelitas sacrifican para rememorar la pascua, la liberación de la esclavitud de Egipto. La cena pascual consiste en comer un cordero.
Y aun los Apóstoles y los padres de la Iglesia dicen que el cordero es signo de pureza, simplicidad, bondad, mansedumbre, inocencia... y Cristo es la Pureza, la Simplicidad, la Bondad, la Mansedumbre, la Inocencia. San Pedro dirá: «Habéis sido rescatados (...) con una sangre preciosa, como de cordero sin tacha y sin mancilla, Cristo» (1Pe 1,18.19). Y san Juan, en el Apocalipsis, emplea hasta treinta veces el término “cordero” para designar a Jesucristo. (Comentario: Rev. D. Joaquim FORTUNY i Vizcarro (Cunit, Tarragona, España).

Jesús es nuestra esperanza y nuestra salvación. Por el Bautismo que Él nos da y regala quedamos limpio de todo pecado. Nos hace hijos de Dios y coherederos, con El, de su Gloria. Pidamos al Señor que nos dé la fuerza y la Gracia de perseverar y sostenernos puros y limpios, y eso lo logramos viviendo la Gracia de los sacramentos. De forma especial la Penitencia y la Comunión y la comunión con los hermanos.

Pidamos al Señor que nos esforcemos en compartir nuestra fe, porque haciéndolo nos fortalecemos y perseveramos en y por su Gracia. Jesucristo es el Señor y en él están puestas todas nuestras esperanzas. Amén.

sábado, 14 de enero de 2017

MIS POCAS FUERZAS A TU SERVICIO, SEÑOR

Experimento que el seguirte no depende sólo de mí, pues me siento incapaz de seguir tus pasos. Sí, Tú nos has dado esa capacidad de elegir, de ser libre para optar por un camino u otro, pero mis fuerzas son pocas y muy frágiles. Soy incapaz de perseverar y soportar el ritmo de tu camino. Necesito tu fuerza, las que da tu Gracia y Amor, para mantener el ritmo de tus pasos.

Hay muchos obstáculos y peligros en el camino que amenazan mi seguimiento y me impiden continuar. Sólo quedaré bloqueado, confundido, abatido y a merced del Maligno que me somete con las ofertas tentadoras de este mundo. Por eso, Señor, hoy que me hablas de que has venido a curar a los enfermos, yo me presento como un enfermo. Un enfermo paralizado por los pecados y las tentaciones mundanas, que necesita de tu curación, de tus cuidados y de tu Gracia, para, así, afrontar los obstáculos que la vida me presenta y me exige superar para llegar a Ti.

Y, en este humilde rincón de oración, aprovecho, junto a otros hermanos en la fe, pedirte que, como a Leví, el de Alfeo, conocido ahora por el evangelista Mateo, nos des la fortaleza para superar esos obstáculos y peligros que se interponen entre Tú, Señor, y todos nosotros. Entre decirte sí y seguirte, y en poner todo el esfuerzo necesario por nuestra parte para dejarnos dirigir y llevar por la acción e impulso del Espíritu Santo.

Danos la sabiduría de reconocernos pecadores, pero también la paciencia y la humanidad de aceptar todas nuestras limitaciones, torpezas, fracasos y caídas. Reconocer que nuestras fuerzas no son suficientes y que toda esperanza está puesta en Ti, y sin Ti nada podemos.

Te rogamos, Señor, que me permitas estar a tu mesa, para que puedas alcanzar la Gracia de tu Espíritu, que me limpia y me cura. Amén.

viernes, 13 de enero de 2017

¡DÓNDE ESTÁN MIS PARALISIS, SEÑOR?

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS


Mi vida está paralizada sin tu presencia, Señor. Mis parálisis me someten y me aprisionan. Sí, aparentemente me muevo, voy de aquí para allá, y hago cosas. Pero, ¿realemnte son las cosas que debo hacer? ¿Realmente son mis obras lo que Tú, mi Dios, esperas de mí? 

Claro que no vamos a volvernos locos, pues nuestras miserias son las que son, pero eso nos debe ayudar a reconocernos pecadores y necesitado de mejorar en y por la Gracia del Señor. Así, te pedimos, Señor, que nos cure de nuestras parálisis de oración. Porque rezamos distraidamente; porque rezamos, quizás, poco; porque rezamos rutinariamente. Nososotros no podemos y necesitamos tu Gracia para irnos corrigiendo.

Nuestra parálisis reflexiva. ¡Qué poco reflexionamos! Quizás no sabemos, o nos cuesta mucho. Y necesitamos que Tú, Señor, nos ayude, nos motive y refuerces nuestra voluntad. Somos paráliticos también, y quizás buscamos, como aquel paralítico, la salud del cuerpo, pero no la del alma. Gracias, Señor, por tu perdón y generosa Misericordia.

Vengo, Señor, a postrarme a tus pies y a suplicarte que me liberes de la parálisis de la inactividad, o del egoísmo, que paraliza el hacer buenas obras. Curame, Señor, de la parálisis del amor, que me mentiene separado de los hermanos y cultiva el odio, la envidia y hasta la vengaza. Sí, Señor, tengo muchas parálisis y te pido que, como a aquel parálitico, me digas que me levante, tome mi camilla y vaya a mi casa. A mi casa para vivir en tu Palabra y ayudar, en el Espíritu Santo y por su Gracia, a levantar a muchos paralíticos que, quizás sin saberlo, yacen postrados en la cama del materialismo y egoísmo e inactivos espiritualmente.

Ayudanos, Señor, a descubrir nuestras parálisis y, descubiertas, presentarlas, como aquel parálitico, en tu presencia para que, por tu Misericordia, nos sean perdonadas y podamos seguir caminando. Amén.